Espurnes

Dolç de Foc

Dolç de Foc Espurnes nace con el espíritu de ser un vino de vanguardia. Es fruto de la experiencia adquirida por David Seijas y la Familia Roqueta en los últimos años trabajando y reinterpretando la técnica del vi bullit (vino hervido).

DOLÇ DE FOC ESPURNES

AÑO

2023

GRADUACIÓN

11%

Nuestros secretos

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Elaboración

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En este vi bullit hemos jugado con el arte del cupaje con diferentes elementos, cada uno aportando características singulares al resultado final. Por un lado, el vino con una fermentación alcohólica completa a temperatura controlada, con acero inoxidable, de vendimia temprana con el objetivo de potenciar la máxima expresión aromática y perfumada, frescor, longitud, tensión, que se convierte en el eje vertebrador del cupaje final. Por otro lado, con vi bullit (hervido de forma convencional, con caldera de inoxidable y con gas) con una fermentación parcial procedente de uva a un punto de maduración más avanzada, donde se buscan aromas secundarios y más complejidad en boca, aportando la indentidad y el recuerdo del vi bullit tradicional. Y por último, con mosto hervido sin fermentar, para dotar de mayor golosidad, potenciar la sensación de volumen y untuosidad, convirtiéndose en la esencia del cupaje.

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General

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Análisis

Alcohol: 11% vol.

Acidez total sulfúrica: 4,05 g/l 

Acidez volátil: 0,15 g/l

pH: 3,25

SO2 total: 40 mg/l

Azúcares: 87,50 g/l

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Añada 2022

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La añada 2022 es una añada seca, con lluvias muy puntuales que aseguran poder tener una masa foliar suficiente pero con cierto estrés hídrico en algunas parcelas. En el mes de julio se sufren dos oleadas de calor que ya venían precedidas por una ola de calor repentina a finales de mayo. Es una de las añadas de vendimía más avanzada que hemos tenido en la bodega.

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Los orígenes

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El proyecto nació en 2016 con un encuentro en la bodega entre David Seijas y Ramon Roqueta. En aquella visita, las hervidoras antiguas de la masía Roqueta cautivaron a David, que encontró el espacio y la historia perfectas para elaborar un
vino único, un vi bullit a partir de una receta ‘secreta’ de Merce Torrentó, quien cada año se hacía elaborar para ella un vi bullit que con el tiempo se convirtió en su elixir. Aquel vino dulce es el que en la actualidad David Seijas y la Familia Roqueta reinterpretan con Dolç de Foc Flama: un vino al que se aporta mayor complejidad a partir del envejecimiento del vi bullit durante un mínimo de 4 años, en un sistema de soleras, en una barrica de los años 30 donde históricamente se guardaba vino ranci.

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Reinvención del vi bullit

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Fruto del conocimiento de esta técnica, y con la voluntad de acercar el concepto del vi bullit al consumidor actual, David Seijas y Familia Roqueta reinventan de nuevo el proyecto para dar paso al Dolç de Foc Espurnes: un vino audaz, que nace con la intención de transformar el concepto de los vinos dulces más tradicionales. De aromas frescos y perfumados, joven y moderno, a la vez que complejo, va un paso más allá logrando un perfecto equilibrio entre acidez y dulzor.

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Nota de cata

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De un precioso color amarillo pajizo intenso, límpido y brillante, con chispas y reflejos dorados. En la copa nos muestra una buena densidad, de lágrima pausada y densa.
La nariz es muy intensa y juguetona. Debido a su compleja elaboración, el abanico aromático es muy amplio. Encontramos desde una parte fresca y refrescante, llena de notas balsámicas, de menta blanca e hinojo, de pieles de cítricos maceradas…
hasta notas más maduras, como las de fruta de hueso, melocotones y albaricoques, almíbares, frutas cocidas, y recuerdos a las tatin de manzanas
y peras.
De entrada golosa, con buena densidad y peso, pero con una sorprendente agilidad en su paso por boca, debido a la gran acidez que lo mantiene fresco y vivo. De gran armonía entre el dulzor y el frescor y un final largo y persistente. Notas de pieles de cítricos maceradas, recuerdos de mandarinas y pomelos, finalmente los recuerdos a orejones, y el caramelo inconfundible, procedente del vi bullit.
Salivamos cuando nos lo imaginamos acompañando un buen «micuit» de hígado de pato o acompañando una buena tarta tatin. Lo disfrutamos como nunca con las cocas de San Juan, especialmente las de frutas confitadas; con los turrones… pero sobre todo lo disfrutamos con la buena gastronomía y la buena compañía.

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